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ICE detuvo a un estadounidense durante 1,273 días; no es el único que ha tenido que probar su ciudadanía

Davino Watson, a U.S. citizen, was wrongfully held in immigration detention centers for more than three years while he sought to prove his citizenship.
Davino Watson, a U.S. citizen, was wrongfully held in immigration detention centers for more than three years while he sought to prove his citizenship.
(Carolyn Cole / Los Angeles Times)
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Los oficiales de inmigración en los Estados Unidos operan bajo una regla básica: mantener las manos alejadas de los estadounidenses. Pero los agentes de ICE repetidamente detienen a ciudadanos que son colocados en proceso de deportación por error, realizando arrestos ilegales basados en registros incompletos del gobierno, datos incorrectos e investigaciones laxas, de acuerdo con una revisión del Times de demandas federales, documentos internos de ICE y entrevistas.

Desde 2012, ICE dejó en libertad a más de 1,480 personas después de investigar sus afirmaciones de ciudadanía, de acuerdo con cifras de la agencia. Y una revisión del Times de los registros y entrevistas del Departamento de Justicia con abogados de inmigración descubrió cientos de casos adicionales en las cortes de inmigración del país, en los que algunos se vieron obligados a demostrar que eran estadounidenses y, en ocasiones, pasaron meses o incluso años detenidos.

Las víctimas incluyen un paisajista que fue abordado en un estacionamiento de Home Depot, en Rialto, y encarcelado durante días a pesar de los intentos de su hijo de mostrarle a los agentes el pasaporte estadounidense del hombre; un residente de Nueva York encerrado por más de tres años que luchó contra los intentos de su deportación después de que un agente federal confundiera a su padre con alguien que no era ciudadano; y una empleada doméstica de Rhode Island que fue detenida por error dos veces, lo cual resultó en que pasara una noche en prisión por segunda vez a pesar de que su esposo había llevado su pasaporte estadounidense a una audiencia en la corte.

Ellos y otros describieron el pánico y la sensación de impotencia que experimentaron cuando los agentes los arrestaron sin explicación e ignoraron sus afirmaciones de ser ciudadanos.

Las detenciones injustificadas representan una pequeña fracción de los más de 100,000 arrestos que ICE realiza cada año, y no está claro si el agresivo impulso de la administración Trump para aumentar las deportaciones generará más errores. Pero las detenciones de ciudadanos estadounidenses equivalen a un tipo de daño colateral inquietante en las iniciativas gubernamentales para expulsar a inmigrantes indocumentados o no deseados.

Los errores revelan fallas en la forma en que ICE identifica a las personas para la repatriación, incluida su confianza total en bases de datos que están incompletas y plagadas de errores. Los arrestos por negligencia también resaltan una presunción que impregna las agencias de inmigración y los tribunales del país: que los nacidos fuera de Estados Unidos no están aquí legalmente a menos que los registros electrónicos demuestren lo contrario. Y cuando los errores no son remediados rápidamente, los ciudadanos se ven obligados a ingresar a un sistema judicial inmigratorio donde deben luchar para demostrar que no tienen que ser expulsados, a menudo sin la ayuda de un abogado.

The Times descubrió que los dos grupos más vulnerables a convertirse en blancos equivocados de ICE son los hijos de inmigrantes y los ciudadanos nacidos fuera del país.

Matthew Albence, el jefe de Operaciones de Control y Deportación de ICE, se negó a ser entrevistado, pero aseveró por escrito que investigar las afirmaciones de los ciudadanos puede ser una tarea compleja, que involucra búsquedas en registros electrónicos y de papel, así como entrevistas personales. También añadió que ICE actualiza los registros cuando se encuentran errores y que los agentes arrestan solo cuando tienen una causa probable para sospechar que la persona es elegible para su repatriación.

"El Servicio de Inmigración y Aduanas de EE.UU. toma muy en serio todas y cada una de las afirmaciones de que un individuo detenido bajo su custodia puede ser un ciudadano de este país", aseguró.

Pero en su revisión de documentos federales y demandas, The Times encontró casos en los que estadounidenses fueron arrestados por errores o investigaciones superficiales de ICE, y algunos fueron blanco en repetidas ocasiones porque el gobierno no actualizaba sus registros. Los abogados de inmigración señalaron que los agentes federales rara vez realizan entrevistas antes de efectuar arrestos, y que lograr que ICE corrija sus registros es difícil.


Un gran error

Sergio Carrillo ya había sido esposado en el estacionamiento de Home Depot, en Rialto, en una mañana de julio de 2016, cuando apareció un oficial con uniforme de Seguridad Nacional.

"¿Seguridad Nacional?", preguntó Carrillo. "¿Qué desea de mí?".

Ignorando las demandas de una explicación, el oficial ordenó que el paisajista, de 39 años, fuera llevado a un centro de detención federal en el centro de Los Ángeles.

"Están cometiendo un gran error", Carrillo recuerda que les dijo desde el asiento trasero a los oficiales que lo trasladaban. "Soy ciudadano de Estados Unidos".

Nacido en México, Carrillo vivió casi toda su vida en Estados Unidos y obtuvo automáticamente la ciudadanía durante su adolescencia, en 1994, cuando su madre se hizo ciudadana. Recibió un certificado de ciudadanía del gobierno y un pasaporte para documentar su estado.

Las políticas federales exigen que los agentes de ICE investiguen "de manera cuidadosa y sin dilaciones" cualquier afirmación de ciudadanía estadounidense. Pero durante su detención, relató Carrillo, los oficiales ignoraron o se burlaron de sus repetidos reclamos. Cuando su hijo corrió al sitio de encarcelamiento, ubicado en el centro de la ciudad, con el pasaporte y el certificado de ciudadanía de su padre, los oficiales de ICE se rehusaron a considerar los documentos, indicó.

Después de que lo trasladaron a un centro para inmigrantes de propiedad privada, a 85 millas de Los Ángeles, en el desierto de Mojave, su esperanza de que ICE pudiera remediar rápidamente el error comenzó a transformarse en una sensación de desesperación.

"Los reclusos me decían: No vas a ver a un juez por semanas. Aquí, no tienes ningún derecho", relató. "Empecé a sentirme realmente asustado. ¿Cuánto tiempo iba a estar ahí? ¿Cómo podía estar pasando esto?”.

No fue hasta el cuarto día de detención de Carrillo que ICE corrigió su error, cuando un abogado intervino y les presentó el pasaporte a los agentes. El hombre fue liberado y encontró su teléfono lleno de mensajes de clientes enojados; varios lo despidieron.

"Para ICE, todo fue 'Ups, nos hemos equivocado'", relató. "Pero a mí me destrozó la vida".

Carrillo presentó una demanda por encarcelamiento ilegal y llegó a un acuerdo por $20,000, pero ICE no admitió haber cometido ningún delito. Una portavoz de la agencia se negó a hacer comentarios, citando el derecho de Carrillo a la privacidad.

El arresto de Carrillo resalta las trampas en la búsqueda digital de ICE de potenciales sujetos deportables. En el centro del rastreo se encuentran grandes bases de datos federales que contienen registros sobre ciudadanía, delitos, viajes al extranjero, educación y trabajo.

Los oficiales de deportación y analistas de contratos manejan estas bases de datos desde cubículos en el segundo piso de un edificio con forma de pirámide en Laguna Niguel, uno de los puntos neurálgicos en los que se basa ICE para determinar quién es blanco de deportación.

Cuando una persona es arrestada en EE.UU., sus huellas dactilares se envían electrónicamente al FBI y se verifican automáticamente con las de millones de inmigrantes en las bases de datos de Seguridad Nacional. Cuando se halla una coincidencia, los oficiales de deportación en Laguna Niguel y demás lugares revisan otras bases de datos en busca de indicios de que la persona se encuentra sin autorización en el país. En 2017, identificaron a unos 70,000 personas que -concluyeron- debían ser deportadas.

Las computadoras de Seguridad Nacional también señalan a aquellos con condenas criminales pasadas. Carrillo había sido condenado años atrás por portar un arma oculta y por enviar material sexualmente explícito a un menor de edad, delitos que lo hubieran convertido en una prioridad para la deportación si hubiera estado en el país sin permiso.

Las copias digitales de las huellas dactilares y el certificado de ciudadanía de Carrillo nunca habían sido ingresadas en las bases de datos federales, y su nombre estaba mal escrito -“Cabrillo”- en una base central utilizada en gran medida por los oficiales de ICE. Tampoco había evidencia de que los agentes de ICE hubieran revisado si Carrillo tenía un pasaporte.

Los agentes simplemente asumieron que estaba en el país ilegalmente porque no pudieron encontrar ninguna evidencia de lo contrario, alegó la víctima en su demanda

Del mismo modo, en tres docenas de demandas por arrestos falsos, estadounidenses atrapados en redadas de ICE alegaron que los oficiales los habían detenido sobre la base de búsquedas superficiales en computadoras. Los agentes, según las querellas, a menudo pasaron por alto pruebas de ciudadanía, como pasaportes, y no examinaron archivos en papel ni realizaron entrevistas para confirmar la exactitud de sus búsquedas en la base de datos.

"Podríamos hacerlo, pero no entrevistamos porque tenemos toda la información, todos los hechos", aseguró un agente de ICE en una declaración judicial federal, explicando cómo había empleado búsquedas en bases de datos para detener a un hombre de Chicago en pos de repatriarlo.

El error, en 2011, llevó al hombre, un nativo de Bielorrusia condenado por robo, a ser expulsado de un programa de liberación temprana y encarcelado, aunque sus archivos en papel señalaban que era hijo de un ciudadano estadounidense y que también él tenía ciudadanía de este país.


Asumen que estás mintiendo

Durante una década, los administradores de ICE han tratado de poner fin a esos errores. En 2009, después de repetidas advertencias a agentes por parte de altos funcionarios y de una serie de embarazosas deportaciones de ciudadanos estadounidenses, el entonces director de la entidad, John Morton, ordenó que los reclamos de ciudadanía fueran investigados y revisados por los abogados de ICE en 48 horas. Posteriormente, se creó una línea directa para ello.

En 2015, los funcionarios nuevamente instruyeron a los agentes a realizar investigaciones más profundas sobre la posible ciudadanía de una persona, exigiéndoles la verificación del cumplimiento de una serie de indicadores, como si el individuo había servido en el ejército, o si había sido adoptado por un ciudadano del país.

En abril de 2018, ICE abandonó una política que permitía a los agentes pedir a la policía local que detuviera a nacidos en el extranjero si no había pruebas en las bases de datos que demostraran que eran ciudadanos. Sin embargo, ese estándar persiste en el tribunal de inmigración, donde los nacidos fuera del país deben demostrar por qué pertenecen a EE.UU.

Una exabogada de alto rango de la oficina regional de ICE en Los Ángeles, aseveró que la directiva de 2009 ponía decenas de casos en su escritorio cada semana para realizar revisiones legales de todas las afirmaciones de ciudadanía. La gente seguía detenida y los agentes, según ella, generalmente asumían que estaban mintiendo.

"La respuesta automática era: Sí, haces esto para quedar libre", dijo Patty Corrales, quien dejó la agencia federal en 2012 y ahora trabaja de forma privada. La mayoría de los reclamos de ciudadanía eran falsos, admitió, pero "sí había ciudadanos reales por ahí".

En los siete años y medio que terminaron en febrero de 2018, ICE revisó 8,043 reclamos de ciudadanía de personas bajo custodia, según cifras proporcionadas por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés). En 1,488 -casi un quinto de esos casos- los abogados de ICE concluyeron que la evidencia "tendía a mostrar que el individuo podía, de hecho, ser ciudadano de EE.UU.", expresó una portavoz del DHS.

La mayor cantidad de arrestos se produjo en 2012 y 2013 -en el punto más álgido de un agresivo impulso de la administración Obama para deportar a inmigrantes sin autorización-. Cuando el expresidente Obama revirtió el curso y adoptó un enfoque más selectivo, el número de casos disminuyó significativamente.

Los registros del Departamento de Justicia muestran que cientos de otras personas que luchan contra la repatriación en un tribunal inmigratorio argumentaron ser ciudadanos. Desde 2008 hasta el inicio de 2018, los magistrados pusieron fin o suspendieron los procedimientos de deportación contra 880 personas cuyas demandas de ciudadanía justificaron una investigación. Los archivos de la corte de inmigración son confidenciales, y el Departamento de Justicia no hace un seguimiento de si los demandados prevalecieron en sus reclamos de ciudadanía u otros apartados de la ley.

Ciudadanos estadounidenses arrestados erróneamente por ICE

(Pasaportes proporcionados por Sergey Mayorov y Guadalupe Plascencia)

Los registros del Departamento de Justicia muestran que al menos dos tercios de las personas han estado detenidos un tiempo. Entre ellos se encontraba un niño de 10 años del área de San Francisco, cuyo abogado informó que estuvo en custodia en un centro de detención de Texas durante dos meses.

Además, The Times encontró más de dos docenas de querellas federales en las cuales ciudadanos de EE.UU. demandaron por arrestos ilegales después de que ICE cambiara sus políticas, en 2008, para evitar tales detenciones. Su tiempo en custodia variaba de un día a más de tres años. Doce de estos hombres y mujeres tenían pasaportes del país, que acreditaban su ciudadanía. ICE había arrestado por error a varios de ellos en más de una ocasión.

En un correo electrónico interno provocado por el encarcelamiento, durante siete días, de un hombre de Chicago, un funcionario de ICE escribió que era una práctica de la agencia decirle a los ciudadanos que la carga de obtener una prueba escrita de su estado legal -para asegurarse de no ser blanco por error nuevamente- recaía en ellos.

Corrales, la exasesora general de ICE, afirmó que le tomó un año y el testimonio de expertos en huellas dactilares y caligrafía para persuadir a ICE de que solucionara un error ocurrido cuando un agente en la mitad del país vinculó el archivo de uno de sus clientes de Los Ángeles, un residente permanente sin antecedentes penales, con el de un criminal deportado. Los hombres, dijo ella, no se parecían en nada; la otra persona tenía tatuajes en la cara. Solo sus nombres eran similares.


Otra vez, el blanco equivocado

Ada Morales, una guatemalteca nativa que se naturalizó como ciudadana estadounidense en 1995, fue detenida por primera vez en una cárcel del condado en 2004, cuando las autoridades la identificaron erróneamente como una residente sin autorización en el país. Cinco años más tarde, volvió a estar bajo escrutinio de ICE cuando la policía de Rhode Island la arrestó por una orden de fraude contra el sistema de asistencia social.

Lo que ocurrió fue que un agente de inmigración que revisaba las bases de datos federales no había examinado su número de seguro social o su apellido de soltera -algo que habría confirmado su ciudadanía- según los registros judiciales. Cuando el juez del tribunal estatal que manejaba el caso de Morales emitió una orden que le habría permitido marcharse a casa, ICE la detuvo

Ada Morales

Detenida en 2004 y 2009 en Cranston, Rhode Island.

ICE la detuvo por error dos veces. En la segunda ocasión, pasó una noche en la cárcel a pesar de que su esposo llevó su pasaporte estadounidense a una audiencia en la corte.

La madre de cinco hijos, que limpiaba casas y oficinas para ganarse la vida, fue obligada a desnudarse y se le confiscaron sus medicamentos para la ansiedad. Al día siguiente, un agente de ICE la llevó a las oficinas de la agencia federal para interrogarla. Allí se encontró con el marido de Morales, quien había llevado el pasaporte de la mujer; el agente se dio cuenta del error y la liberó.

Casi nueve años después, Morales, de 54 años, sigue sollozando al recordar su noche en prisión, donde sufrió ataques de pánico y los guardias la acusaron de mentir sobre su ciudadanía.

"Nadie quería escuchar nada", expresó.

Ese año, el agente de ICE que realizó la investigación errónea sobre Morales, emitió 77 solicitudes oficiales para detener a personas a quienes identificó como elegibles para deportación. De ellas, 31 tuvieron que ser canceladas cuando resultó que los sujetos eran estadounidenses o residentes legales, según los registros judiciales en una querella que Morales presentó más tarde contra la agencia.

"Cuando la libertad de un individuo está en juego, una tasa de éxito de 50/50 no es aceptable", escribió John J. McConnell, juez de distrito de Estados Unidos, en su fallo de 2017, que halló a ICE negligente por mantener a Morales en prisión. Los errores como esos, escribió el magistrado, "deberían preocupar a todos los estadounidenses”.

La dependencia casi total del gobierno en los datos para encontrar inmigrantes deportables comenzó en 2007 con un proyecto llamado IDENT, que tenía como objetivo comparar los registros carcelarios con la base de datos de huellas dactilares del FBI casi en tiempo real.

En los años posteriores, el gobierno amplió su alcance con programas de computadora con nombres como CLAIMS, EAGLE, ENFORCE y FALCON que contienen información federal y estatal sobre cientos de millones de personas.

La arquitectura de esos programas es tan delicada que los abogados federales intentaron mantener la confidencialidad de los detalles y evitar que los exempleados federales testifiquen en audiencias públicas.

Sin embargo, los administradores y agentes de ICE han declarado que las bases de datos que usan suelen contener fallas y lagunas. Los registros de huellas dactilares digitales, por ejemplo, no fueron cargados consistentemente hasta 2010 y los archivos que Seguridad Nacional mantuvo sobre las personas antes de 1992, son irregulares.

Debido a que se desconoce el alcance de los problemas, se aconseja a los agentes que verifiquen múltiples bases de datos cuando determinan el estatus de una persona en el país, para evitar confusiones por errores o por falta de información, según muestran los registros judiciales.

Un estudio de 2011 de UC Berkeley sobre el uso inicial de IDENT por parte de ICE descubrió a seis ciudadanos estadounidenses -incluido uno que había sido deportado previamente- en una muestra de 375 arrestos, una tasa de error que afectaría a miles de ciudadanos a escala nacional. En 2017, las auditorías del gobierno mostraron que 52,000 personas fueron etiquetadas erróneamente en el Sistema de Índice Central -una base de datos clave utilizada por los agentes de inmigración- como inelegibles para trabajar en EE.UU.

Un documento de capacitación para usuarios del Sistema de Índice Central, mantenido por los Servicios de Inmigración y Ciudadanía de EE.UU., advierte de números de identificación incorrectos o múltiples, confusión en nombres, procedimientos inconsistentes para registrar nombres compuestos comunes en culturas latinas y chinas, alias, errores de ortografía y tipográficos, fechas de nacimiento incorrectas y registros perdidos. El documento, obtenido y dado a conocer por una profesora de ciencias políticas de la Universidad de Northwestern, Jacqueline Stevens, recuerda que lo que los sistemas informáticos ofrecen es únicamente tan bueno como lo que se ingresa en ellos. "Si uno coloca basura, obtiene basura", advierte el texto.

La confiabilidad de las bases de datos del gobierno está en el centro de una demanda colectiva que se encamina a un juicio por jurado en Los Ángeles. La Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) sostiene que los defectos en los datos que usa ICE son tan comunes que no se debe permitir a los agentes confiar en los registros para mantener a la gente en la cárcel.

Sientes que te quitan tus derechos. Te sientes sin esperanza ... Pasé muchas noches llorando.

— Davino Watson, un ciudadano de EE.UU., permaneció recluido por error en centros de detención de inmigrantes durante más de tres años mientras intentaba demostrar su ciudadanía

Los agentes de ICE encontraron a Davino Watson cuando el nativo de Jamaica estaba cumpliendo una condena en una prisión del estado de Nueva York, por drogas.

Al ser interrogado sobre su estatus migratorio, Watson dijo que era ciudadano de Estados Unidos a través de su padre, quien se había naturalizado. Un agente buscó al progenitor en las bases de datos inmigratorias, pero obtuvo información de la persona equivocada, según muestran los registros judiciales. En lugar de Hopeton Ulando Watson, quien vivía en Nueva York, el agente halló a Hopeton Livingston Watson, un hombre que reside en un estado alejado de Connecticut y que no era ciudadano estadounidense.

Una vez que cumplió su condena por vender cocaína, Watson fue transferido a la custodia de ICE, donde permaneció durante tres años y medio. Incluso después de que la agencia se dio cuenta del error al identificar a sus padres, los abogados federales se negaron a liberarlo y aprovecharon una nueva interpretación estadounidense de la ley jamaicana para argumentar que Watson debía ser deportado porque su padre no era su tutor legal cuando abandonaron la nación isleña.

Watson descubrió que los derechos inherentes al sistema judicial estadounidense no aplican en el tribunal de inmigración, donde no hay garantía de una defensa legal.

"Sientes que te despojan de tus derechos. Te sientes sin esperanza", aseguró. "Fue muy difícil de entender. Pasé muchas noches llorando".

Aunque nunca había terminado la preparatoria, gracias a una biblioteca especializada en leyes penitenciarias Watson montó su caso de ciudadanía. Un juez de inmigración ordenó su deportación. La Junta de Apelaciones de Inmigración estuvo de acuerdo.

Fue solo cuando la apelación de Watson llegó al Tribunal de Distrito de EE.UU. y un letrado designado por la corte presionó a ICE, que las autoridades realizaron la revisión legal interna que debían haber hecho cuando Watson declaró ser un ciudadano la primera vez. El proceso arrojó que el gobierno había malinterpretado un aspecto arcano de la ley de inmigración. ICE liberó abruptamente a Watson./p>

Sorprendido por su inexplicable libertad, el hombre salió de un centro de detención federal en la zona rural de Alabama. Estaba sin un centavo, vestido de prisionero y a miles de kilómetros de casa cuando se acercó a desconocidos en una gasolinera para pedir prestado un teléfono.


Fracaso colosal del gobierno

Los abogados de inmigración afirmaron que los procedimientos de deportación pueden accionar las oscuras y cambiantes leyes de ciudadanía de Estados Unidos. Un niño nacido fuera del país después del 11 de noviembre de 1986, por ejemplo, es ciudadano si uno de sus padres lo era y si ese padre había vivido en EE.UU. o sus territorios durante al menos cinco años, dos de los cuales debían haber transcurrido cuando el padre tenía al menos 14 años de edad. Pero si un niño nació antes de esa fecha límite, el padre debía haber vivido en EE.UU. durante al menos una década.

Es común que las personas que se enfrentan a la repatriación no sepan que tienen derecho a reclamar la ciudadanía, afirmaron tanto funcionarios de ICE como abogados de inmigración.

La tarea de demostrar la ciudadanía puede significar desenterrar los certificados de nacimiento de padres muertos y encontrar registros de trabajo de décadas atrás para demostrar que vivieron en el país el tiempo suficiente para conferirles ese derecho a sus hijos.

Esas peleas legales "pueden ser muy, muy difíciles", especialmente si el sujeto está encerrado en un centro de detención, admitió Ashley Tabbador, juez federal de inmigración en Los Ángeles, quien habló en su calidad de presidente de la Asociación Nacional de Jueces de Inmigración. "A menos que la persona pueda presentar suficientes hechos", indicó Tabbador, es probable que los jueces se pongan del lado de ICE.

Los abogados de inmigración acostumbran preguntar a los clientes sobre el estatus de inmigración de sus padres y otras indicaciones de ciudadanía que los agentes de ICE a menudo pasan por alto. Una abogada de Los Ángeles, Danielle Rosché, vio a tantos ciudadanos estadounidenses arrestados que les dice a sus clientes que tengan a mano sus pasaportes y certificados de ciudadanía estadounidenses como una "defensa contra los errores del gobierno" y la escasa investigación de ICE.

Una década de registros del Departamento de Justicia analizados por el Times muestran que el éxito de los acusados que reclamaron ser ciudadanos estadounidenses aumentaba a más del doble si contaban con un abogado.

Después de que Watson fue liberado, demandó al gobierno por encarcelamiento erróneo y ganó una compensación por $82,500 dólares. Luego, un tribunal federal de apelaciones lo revirtió y resolvió que, mientras Watson estaba detenido, no había cumplido el plazo de dos años para presentar su denuncia.

A pesar de su decisión, el panel de jueces descubrió que las salvaguardas legales creadas para proteger a los ciudadanos habían sido anuladas, ya que un superior de ICE tras otro habían aprobado la detención de Watson sin revisar los documentos de su caso.

Uno de los jueces del tribunal dio un paso más allá y dijo que a Watson se le debería haber permitido conservar el dinero a la luz del sufrimiento extraordinario que padeció.

El encarcelamiento de 1,273 días, fue una "ilustración sorprendente de las consecuencias derivadas de la amplia discreción del gobierno para iniciar procedimientos de detención y deportación" y la "capacidad a veces limitada de los ciudadanos para defenderse", escribió Robert Katzmann, juez principal del Tribunal de Apelaciones de Estados Unidos para el Segundo Circuito.

Fue, remarcó Katzmann, un "fracaso colosal del gobierno".

Para Watson, el fracaso no terminó cuando ICE lo dejó ir.

Un experto de la corte lo diagnosticó con depresión y ansiedad, provocadas por su tiempo bajo custodia. Los letrados del gobierno indicaron que sus dificultades eran de su propia incumbencia, remarcando su historial de adicciones y la condena por drogas.

"Ver cómo los abogados del gobierno me trataron abrió viejas heridas", aseguró. "Nunca me dijeron: Sr. Watson, lo sentimos".

Twitter: @paigestjohn

Twitter: @joelrubin


UPDATES:

6:20 p.m., Sept. 17: This article was updated to add that a training document for users of the Central Index System was obtained and made public by a Northwestern University professor.

This article was originally published on April 27.

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